Nunca tuve el placer de conocer en persona a Don Armando Scannone, pero siento que a través de su emblemático libro rojo "Mi Cocina: a la manera de Caracas" y luego con el libro Azul, nos invito a sentarnos a la mesa con él. Muy generoso compartió cada fórmula - como si perteneciéramos a su familia - para preparar desde los más distinguidos platos, hasta los más sencillos que elaboraban en su hogar.
Hoy quiero homenajear Don Armando, no solo por el legado que dejo sobre la cocina venezolana, sino también para expresar en voz alta mi gratitud.
Siento a Don Armando como el tío lejano que siempre esta presente en los momentos más importantes de tu vida. La casa de mis padres es del oriente de Venezuela, mi mamá atesora su libro rojo como una especie de oráculo para solucionar dilemas de sabores. Esa pasión y amor por ese libro me la transmitieron y en la primera Navidad de estar casada (hace ya 18 años atrás) me lo regalaron, como quien da una guía para que todo salga bien.
Me gustan mucho las recetas del libro rojo, pero la que tiene más significado es la del pernil. Que si bien le he dado toques personales, la base es siempre la misma. Este plato es un ritual hogareño cada fin de año y lo ofrecemos como una muestra de gratitud y amor hacia nuestros amigos.
No importa donde viva, Venezuela siempre estará conmigo mientras tenga esos libros - Mi Oráculo Rojo y Azul - .
Gracias Scannone, si existe el cielo seguro San Pedro ya comió su primera Hallaca a la manera de Caracas
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